Matriz energética
Brasil posee la matriz energética más renovable del mundo industrializado con un 45,3% de su producción proveniente de fuentes como recursos hídricos, biomasa y etanol, además de las energías eólica y solar. Las usinas hidroeléctricas son responsables por la generación de más de un 75% de la electricidad del País. Vale recordar que la matriz energética mundial está compuesta por un 13% de fuentes renovables en el caso de Países industrializados, cayendo a un 6% entre las naciones en desarrollo.
El modelo energético brasilero presenta un fuerte potencial de expansión, lo que resulta en una serie de oportunidades de inversiones a largo plazo. La estimativa del Ministerio de Minería y Energía para el período 2008-2017 indica aportes públicos y privados del orden de R$ 352 mil millones para la ampliación del parque energético nacional.
Los recursos públicos vendrán principalmente del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), iniciativa federal lanzada en 2007 para promover la aceleración de la expansión económica en el País.
Para el área hidroeléctrica están previstos casi R$ 83 mil millones. Hoy, solamente un tercio del potencial hidráulico nacional es utilizado. Las usinas de gran porte a ser instaladas en la región amazónica constituyen la nueva frontera hidroeléctrica nacional e interferirán no solamente en la dimensión del sistema de generación, sino también en el perfil de distribución de energía en todo el País, abriendo nuevas posibilidades de desarrollo regional y nacional.
Otros R$ 23 mil millones deben ser aplicados en la expansión de la producción y oferta de biocombustibles como etanol y biodiesel. El escenario apunta al interés de varios Países en conocer y adoptar el uso de los biocombustibles en sus flotas – y, para atenderlos, Brasil es capaz de proveer el producto, los servicios y el conocimiento.
El volumen total de etanol producido en 2008 alcanzó la marca de los 27 mil millones de litros, con un aumento de un 17,9% comparado al período anterior. Las estimativas oficiales son de que éste número crecerá a 37 mil millones de litros en 2015.
Conozca algunas iniciativas brasileras en el sector energético:
Creado en 2002 por el Ministerio de Minería y Energía, el Programa tiene el objetivo de desarrollar fuentes alternativas y renovables de energía para la producción de electricidad, teniendo en cuenta las características y potencialidades regionales y locales e invirtiendo en la reducción de emisiones de gases del efecto invernadero.
En una primera fase, fue establecida la meta de implantación de 3.300 MW de capacidad instalada de centrales eólicas, de biomasa y de pequeñas centrales hidroeléctricas, divididas en partes iguales para las tres fuentes.
Actualmente, Brasil cuenta con 36 usinas eólicas distribuidas por todo el País, de Norte a Sur. Juntas, ellas suman una potencia total de 602.284 KW de energía limpia. Lo que también se caracteriza por ser mínimo frente al potencial de 300 Giga Watts que podrán ser explotados en las próximas décadas. Hasta el final de 2010, Proinfa deberá haber concluido con la oferta de 1,5 GW de energía eólica en todo el País, debido a inversiones de R$ 4,6 mil millones para la expansión de ésa fuente.
En total el Programa prevé la implantación de 144 usinas, totalizando 3.299,40 MW de capacidad instalada, siendo 1.191,24 MW provenientes de 63 PCHs, 1.422,92 MW de 54 usinas eólicas, y 685,24 MW de 27 usinas con base de biomasa. De acuerdo con el Ministerio de Minería y Energía, ésa energía tiene garantía de contratación por 20 años por las Centrais Elétricas Brasileiras S.A (Eletrobras).
Programa Nacional de Conservación de Energía Eléctrica (Procel)
Con el slogan “Energía es dinero, no desperdicie”, el Procel fue creado en 1985 y tiene como principales objetivos disminuir el desperdicio de energía eléctrica en el País y buscar la eficiencia energética en el sector eléctrico, para alcanzar las siguientes metas esenciales: desarrollo tecnológico; seguridad energética; eficiencia económica, nuevos parámetros incorporados a la ciudadanía y a la reducción de impactos ambientales.
De acuerdo con estudios realizados recientemente, la cantidad de carbono evitada por los Programas de Procel, será expresiva a lo largo de los años. La eficiencia energética habrá, hasta el año 2010, contribuido a evitar la emisión de casi 230 millones de toneladas de carbono en la atmósfera – correspondientes a casi un 29% de las emisiones totales de gases invernaderos del sector eléctrico brasilero.
Vale destacar que desde la creación del Programa hasta 2005, fueron ahorrados 2.158 GWh de energía, probablemente debido a las iniciativas tales como la promoción de iluminación pública más eficiente (con la sustitución del alumbrado público y en los sectores comerciales y residenciales); el aumento de la eficiencia de electrodomésticos (refrigeradores, freezers y acondicionadores de aire) y de motores (por medio de etiquetado y concesión del Sello Procel).
El objetivo del Programa Nacional de la Racionalización del Uso de los Derivados del Petróleo y del Gas Natural es incentivar el uso eficiente de éstas fuentes de energía no renovables en el transporte, en las viviendas, en el comercio, en la industria y en la agropecuaria.
Creada en 1991, la iniciativa establece convenios de cooperación técnica y asociación con órganos gubernamentales, no gubernamentales, representantes de entidades ligadas al tema y también organiza y promueve proyectos. La racionalización del uso de energía es fundamental para disminuir impactos ambientales, reducir costos, aumentar la productividad y asegurar el desarrollo sustentable del País.
La meta del gobierno es obtener un aumento de eficiencia energética de un 25% en el uso de derivados de petróleo y de gas natural en los próximos 20 años, sin afectar el nivel de las actividades de los distintos sectores de la economía nacional. Los recursos técnicos, administrativos y financieros del programa son suministrados por Petrobras.
Programa Nacional de Producción y Uso de Biodiesel
Desde 2004 Brasil cuenta con el Programa Nacional de Producción y Uso de Biodiesel, que reglamenta la producción y la distribución del biodiesel brasilero, producido con oleaginosas. El País es el tercer más grande productor de ésa fuente energética en el mundo, atrás solamente de Alemania, Estados Unidos y Francia.
En cinco años de Programa fueron dados importantes pasos rumbo a la consolidación del biodiesel en Brasil. Inicialmente fue previsto un aumento gradual de la adición del biocombustible al diesel tradicional hasta 2013, cuando la mezcla debería llegar a un 5%. Sin embargo, el gobierno brasilero decidió fortalecer sus iniciativas en ése área y acaba de anticipar en tres años ésa obligatoriedad. Así, el B5, como es llamada la mezcla del diesel tradicional y del biodiesel, pasó a ser obligatorio a partir de enero de 2010, en todo el territorio nacional. Ésa medida debe elevar la producción de biodiesel de casi 176 millones anuales para 2,4 mil millones de litros en 2010, reforzando la posición de Brasil en el liderazgo mundial en energías renovables en escala comercial.
Bajo el aspecto social, la ampliación del uso del biodiesel va a aumentar la generación de empleo y renta, impacta en el proceso de inclusión social actualmente en curso en Brasil al promover de manera creciente en la agricultura familiar. De los 2,4 mil millones de litros que serán demandados con el B5, un 80% será abastecido por unidades productoras detentoras del Sello Combustible Social. En el bies económico, habrá una mayor agregado de valor a las materias primas oleaginosas de origen nacional.
Brasil posee 43 usinas con la siguiente distribución regional de capacidad:
Norte = 5%, Nordeste=19%, Centro Oeste =33%, Sudeste =18% y Sur =25%. Eso representa capacidad instalada suficiente de 3,6 mil millones de litros/año.
El Gobierno Federal lanzó en noviembre de 2003 la consigna de terminar con la exclusión eléctrica en el País. Es el Programa Luz para Todos que, originalmente, tubo la meta de llevar energía eléctrica para más de 10 millones de personas de zonas rurales hasta el año de 2008.
Resultado plenamente alcanzado debido a inversiones del orden de R$ 9,7 mil millones, de los cuales R$ 6,5 mil millones por el gobierno federal y lo restante por los gobiernos estatales y empresas distribuidoras.
En la práctica, el Programa promovió una verdadera revolución en las localidades más alejadas de los centros urbanos del País, ofreciendo oportunidades de desarrollo humano antes imposibles, como el acceso a la información, mejoría de la calidad de vida en las viviendas, nuevos negocios, entre otros. En razón de su éxito y del aumento de la demanda surgida en los últimos años, el Programa Luz para Todos fue ampliado hasta 2010, con el objetivo de propiciar casi un millón de nuevas instalaciones.
Brasil posee una matriz de energía eléctrica que cuenta con la participación de un 77,1% de la hidroelectricidad. Energía proveniente de 140 usinas en operación, con perspectiva de aumento del uso de ésa fuente. A lo largo de los últimos 30 años, el País evitó la emisión de casi 800 millones de toneladas de CO2 equivalente por medio del uso del etanol como sustituto o aditivo de la nafta.
La previsión del Plano Decenal de Energía es que el País tendrá 71 nuevas usinas hasta 2017, con potencial de generación de 29.000 MW, siendo 15 en la bacía del Amazonas, 13 en la bacía del Tocantins Araguaia, 18 en el río Paraná y 8 en el río Uruguay. Las 28 usinas hidroeléctricas planeadas en la región amazónica tienen en su conjunto, una capacidad instalada de 22.900 MW.
Brasil utiliza energía hidroeléctrica desde el final del siglo 19, pero las décadas de 1960 y 1970 marcaron la fase de mayor inversión en la construcción de grandes usinas. Debido a ésas elecciones hechas en el pasado, el País abarca hoy la mayor hidroeléctrica del mundo en generación de energía. Inaugurada en 1984 después de un acuerdo binacional con Paraguay, la Usina de Itaipu tiene hoy una potencia instalada de 14 mil MW, con 20 unidades generadoras. Ésa capacidad es suficiente para suplir cerca de un 80% de toda la energía eléctrica consumida en Paraguay y de un 20% de la demanda del sistema interconectado brasilero.
Las usinas de Jirau y Santo Antônio – aun en fase de construcción, en el Rio Madeira -, por ejemplo, utilizan la tecnología de turbinas bulbo, disminuyendo la inundación necesaria y, consecuentemente, efectos negativos como la remoción de las poblaciones cercanas, la expropiación de tierras y el impacto ambiental. Para monitorear los impactos, Brasil invierte también en el perfeccionamiento de las evaluaciones realizadas por el Instituto Brasilero del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) antes de la instalación de cualquier usina.
De acuerdo con el Atlas Eólico Nacional, divulgado en 2001, Brasil es el País de Latino América y Caribe con mayor capacidad de producción de energía eólica, con potencial estimado de 143.00 Megas Watts (MW), pero la buena noticia promete ser mucho mejor.
Según estimaciones que deben ser concluidas en 2011, en el segundo Atlas Eólico, el potencial brasilero puede llegar a 300GW, superando lo que puede ser alcanzado por las usinas hidroeléctricas planeadas y las ya existentes. Eso se debe al hecho de que el nuevo Atlas está teniendo en consideración la captación de vientos con torres de 100 metros de alto y actualmente las torres poseen 50 metros.
Es interesante observar que Brasil tiene un futuro promisorio en éste área y está observando las oportunidades de invertir en eólica y ampliar considerablemente el uso de ésa fuente energética. Actualmente, en Brasil, existen en operación parques eólicos que suman 359 MW instalados, sin embargo con inversiones de R$ 4,6 mil millones hasta 2010, por medio del Programa de Incentivo a las Fuentes Alternativas de Energía Eléctrica (Proinfa), el País tendrá oferta de 1,427 GW de energía eólica.
Las iniciativas en el área ya están atrayendo inversiones de grupos nacionales e internacionales, lo que debe aumentar. La expectativa es que cerca de 10.660 empleos directos e indirectos sean generados en las próximas décadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario