Los beneficios son –como siempre- variados. Comenzando por el ahorro energético de un 50 %, con el consecuente ahorro económico a largo plazo. Su mantenimiento es menos costoso, dado que tienen una vida útil de 15 a 20 años, contra los 4 años de las bombillas anteriores. El nuevo sistema de iluminación pública con LEDs tendrá controles inteligentes para poder monitorear desde la central el funcionamiento y el momento de reemplazo de las luces. Y –además- iluminan mejor.
Con una estimación de 30 minutos para cambiar una bombilla, el proceso de renovación de estas 18.500 luces será bastante largo. Se estima que serán unos 14 meses de trabajo, que arrancarán a fines de este año. Enhorabuena por el Ayuntamiento de San Francisco, por esta inversión enlámparas de bajo consumo.
Fuente e imagen: Ecogeek
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