Las fallas de los reactores General Electric nucleares en Japón para apagarse con seguridad a raíz del terremoto 9.0 Tahoka, siguiendo la estela del catastrófico derrame de petróleo en el Golfo de México y la explosión de gas metano en las minas de Massey en Virginia, ahora demuestran de forma concluyente los graves peligros que los métodos actuales de producción de energía representan para la sociedad humana.
La radiación afecta a los no nacidos aún, sin embargo, apunta en la dirección de la única alternativa lógica a estas políticas fallidas – la generación de una fuente inagotable, segura, libre de contaminación de energía desde el espacio exterior.
En la actualidad, sólo los países más industrializados del mundo tienen el poder tecnológico, industrial y económico para competir en la carrera por la energía solar en el espacio. A pesar de, y tal vez por el desastre actual, Japón ocupa la pista interior, ya que es la única nación que ha dedicado un programa de energía solar en el espacio, y que está muy motivado para cambiar de dirección. China, que ha lanzado astronautas en una órbita terrestre y se ha convertido rápidamente en el líder mundial en la producción de productos de la generación eólica y solar, sin duda se convertirá en un competidor fuerte.
Una fuente de energía abundante
La energía solar desde el espacio es la mayor fuente de energía sin explotar que podría, potencialmente, resolver completamente la energía del mundo y los problemas de emisiones de gases de efecto invernadero.
La tecnología existe actualmente para lanzar satélites con colectores solares en órbita geoestacionaria alrededor de la Tierra para convertir la energía radiante del sol en electricidad las 24 horas del día y para transmitir de manera segura la electricidad por rayos de microondas a las antenas de rectificación en la Tierra
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